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En CoSer el barro los mapas hablan de historias, lugares, personas… de un mundo afectado por una pandemia que, aún sin comprenderla, comenzó a transitar una nueva normalidad. Hábitos que se modificaron, miles de pérdidas, duelos sin tiempos, rituales inconclusos. Las piezas que conforman la obra están cargadas de significaciones. La paleta proviene de la tierra, de esa tierra donde el reloj se detuvo y los pájaros cantaron, más libres, menos contaminados. Los colores surgen de recuperar técnicas ancestrales, barro y óxidos pigmentan las telas. La textura de las gasas aporta una gestualidad propia, hay áreas ajadas, rasgadas… ¿Son modos de denuncia a quienes desestimaron la peste? ¿Áreas donde la situación devino más crítica? Nos encontramos con líneas bordadas, a cada puntada subyace un relato que reconstruye espacios, públicos y privados, singulares y colectivos. Los planos, transferidos sobre telas, narran la historia de cientos de hospitales habitados por trabajadorxs que dejaron todo para cuidar al otrx. En un bastidor leemos la pandemia nos atraviesa, el mapa nos ubica en el espacio que habitamos, síntesis de una obra que transita los bordes entre la cerámica y el textil.

Celia Lis. 2021

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